Luis Miguel Montilla
El Parque Nacional Archipiélago Los Roques, ubicado en Venezuela, a unos 160 kilómetros al norte de la costa central, ha sido considerado como uno de los principales sitios del Mar Caribe donde podemos encontrar arrecifes coralinos saludables y extensos. En este lugar existe una combinación de aguas cristalinas, playas con arenas blanquecinas y una fauna marina asombrosa. Esto hace de Los Roques un destino muy apetecible por turistas venezolanos e internacionales; situación que, para muchos, tiene un costo ambiental insospechado. Su fauna marina es sometida a niveles crecientes de estrés, principalmente debido a la contaminación asociada a las poblaciones humanas que se encuentran dentro del parque y a la afluencia de turistas.
Hace varias décadas los arrecifes coralinos del Caribe estaban constituidos principalmente por algunas especies de coral con formas de crecimiento muy ramificadas. Por su aspecto son conocidas popularmente como corales cuerno de alce y cuerno de ciervo. Hoy en día estas especies han dejado de ser las más abundantes y se encuentran en peligro crítico de desaparecer para siempre. Por ello, la Dra. Francoise Cavada, ecóloga marina de la Universidad Simón Bolívar en Venezuela, se propuso evaluar la condición actual de estos corales en Los Roques.
Ejecutar un proyecto de conservación no es una tarea trivial. Aunque probablemente estemos familiarizados con la noción de proteger animales en peligro, la biología de la conservación es un campo científico multidisciplinario que se apoya en la investigación sobre la biología y ecología de las especies para protegerlas o mitigar los impactos sobre ellas o sobre ecosistemas completos.
Uno de los primeros pasos de Francoise y su equipo en Los Roques fue determinar la medida en que los individuos de las especies de interés subsisten dentro del área del parque nacional. Aunque anteriormente otros científicos han realizado esfuerzos por conocer la extensión de la presencia de los corales cuerno de venado y cuerno de alce en Los Roques, Francoise y su equipo procuraron hacer una búsqueda más extensa. Sólo de esta manera se generarían resultados que pueden ser usados al momento de tomar decisiones sobre el manejo del parque y sus políticas de conservación. El resultado fue una búsqueda en más de 100 sitios distribuidos por todo el archipiélago, en cada uno de los cuales levantaron información sobre la presencia de estos corales y su estado de salud.
La investigación no se trata de nadar y contar colonias de coral en el mar. Para poder determinar la magnitud de las amenazas, Francoise y su equipo recurrieron a los pobladores del archipiélago directamente. El archipiélago cuenta con aproximadamente 1800 habitantes permanentes y tiene una área de 40,6 kilómetros cuadrados. El arrecife nos beneficia a todos, directa e indirectamente, y la intensidad del uso que le damos a sus servicios afecta la capacidad del coral de resistir condiciones de estrés. Por ello, mediante encuestas los investigadores entrevistaron a los actores involucrados. Estos son: todos aquellos beneficiarios de los servicios que ofrece el arrecife, que incluyen pescadores certificados, conductores de botes turísticos, dueños de posadas, encargados de las operadoras de buceo, además de los turistas.
Un coral es un animal muy particular. A simple vista puede ser considerado como una roca de colores muy vivos, pero si lo observamos muy de cerca, podremos ver que en realidad estamos en presencia de una colonia, es decir un colectivo de organismos capaces de alimentarse, defenderse y reproducirse de manera cooperativa como uno todo. Estos animales si bien son en extremo delicados, han estado en nuestro planeta desde hace al menos 240 millones de años, y su linaje ha sobrevivido a varios procesos de extinciones masivas. Son muy vulnerables porque no pueden moverse. Crecen adheridos al fondo marino, por lo que deben soportar y sobrellevar las condiciones del agua a su alrededor o de lo contrario, perecer.
A lo largo de los siglos, los corales han crecido hasta constituir verdaderas ciudades con impresionantes relieves submarinos, lo cual tiene consecuencias beneficiosas para lo humanos. Por ejemplo, la presencia de arrecifes coralinos está estrechamente relacionada con la abundancia de peces, los cuales habitan permanente o temporalmente en su estructura. Esto se traduce en potencial pesquero para las poblaciones humanas. Esta misma tridimensionalidad de los arrecifes funciona como una barrera que dispersa la energía del oleaje cuando llega a las costas. El arrecife puede ser aprovechado también indirectamente pues están entre los sitios predilectos para actividades como el buceo o snorkeling. La cantidad de ingresos que se producen en la industria turística asciende a millones al año en muchos países. Además, muchas criaturas como algas, esponjas, corales blandos y tantos otros, producen sustancias que tienen potencial farmacéutico y son investigados en busca de desarrollar nuevos medicamentos.
El principal hallazgo de Francoise y su equipo, luego de analizar los datos, fue que la cantidad y distribución de los corales cuerno de alce ha disminuido alarmantemente en el parque en la última década: al menos la mitad de los sitios donde se podía encontrar el coral ahora son sitios donde sólo quedan los restos de coral muerto. Pero no sólo esto, sino también que una parte de las colonias persisten en zonas donde se ven más impactadas, donde se hace evidente que también sufren mayores proporciones de mortalidad en comparación con otras zonas del parque. Al mismo tiempo, notaron que una parte importante de las actividades turísticas y pesqueras se realizan en sitios que deberían estar más protegidos. Sobre otras especies, como el coral cuerno de venado, reina la incertidumbre, pues la ausencia de datos históricos imposibilita conocer si sus poblaciones aumentaron, se están manteniendo o van en declive.
Culminada esta primera fase de levantamiento de datos y la preparación de varias publicaciones científicas, Francoise gustosamente accedió a darnos sus comentarios sobre su experiencia y los próximos pasos. Idealmente, la siguiente etapa sería la inclusión de su equipo y otros científicos en las discusiones sobre la zonación y algunas de las regulaciones de uso del parque por parte de las autoridades. Dice Francoise
Simultáneamente deberían implementarse programas integrales de base comunitaria con apoyo privado y del Estado para concientizar a los usuarios y promover prácticas de uso más sostenibles con el fin de lograr actitudes ambientalmente más responsables. La implementación de estos instrumentos permitiría dar el siguiente paso, es decir trabajar en un plan de acción que logre sostenibilidad financiera, tanto para el manejo (incluido por supuesto el control y vigilancia) como para los programas de concientización y divulgación, los cuales deberían ser continuos pues en Los Roques la migración y circulación de gente es muy alta.
Desde el punto de vista social, algo que sugiere que se debe invertir en concientización y divulgación efectiva (pero correctamente planificada, es decir, mercadeo de biodiversidad) es que los entrevistados consideran que los parches de coral están en buenas condiciones, sólo porque desde la superficie se ve la mancha del parque. Esto indica que no son capaces de percibir un cambio realmente. Muchos nos indicaron sitios con parches de coral descritos como excelentes y cuando llegamos era realmente coral muerto. Esto destaca la importancia de tener financiamiento para monitorear o de hacer ciencia ciudadana para que ellos [los ciudadanos] monitoreen, pero monitorear al fin.
Dado que estos resultados no hacen sino acentuar la señal de alerta sobre las amenazas que el cambio climático y la contaminación ciernen sobre la biodiversidad marina en el Caribe (y en el mundo), la visión de Francoise sobre Los Roques como un área protegida es que lo siguen siendo por el impulso que traen desde su implantación.
…y por el esfuerzo de unas pocas personas, muy comprometidas pero con muy pocos recursos. Las áreas que están en buenas condiciones, lo están debido al efecto residual del buen manejo que tuvo el parque por mucho tiempo. Lamentablemente a medida que el turismo se comienza a dispersar por el parque, llegando cada vez más lejos a esas zonas prístinas, el efecto de estas actividades y su interacción con los incrementos en la temperatura superficial del mar constituyen una amenaza muy importante con impactos negativos que serán visibles a muy corto plazo. Esto además se agrava muchísimo con la sobrepesca, especialmente la extracción de (peces) loro. El mero disminuyó sus reservas increíblemente en algo menos de una década debido a la sobrepesca…
Esta situación es sumamente delicada y no debería suceder en un área protegida. Por otra parte, Francoise nos comenta sobre los trabajos en conservación en Venezuela.
Han sido muy buenos y existen muchas iniciativas andando, o en planes que están determinadas a conservar los sistemas naturales del país. Es admirable este esfuerzo, sobretodo porque la biodiversidad suele ser la última de las prioridades en tiempos de crisis. Sí considero que en el área marino-costera, con excepción de mamíferos y tortugas marinas, hay mucho trabajo por hacer en el área de conservación para poder alcanzar el camino andado en sistemas terrestres. Lo bueno es que la gente capacitada y con ganas existe, es sólo cuestión de que ese talento encuentre la oportunidad.
En ese sentido, hablando sobre las generaciones de relevo, el mensaje que quiere transmitir a los estudiantes venezolanos y de Latinoamérica con interés en adentrarse en la conservación formalmente es el hacerlo sólo si su interés está dirigido en aportar a un mundo mejor y están dispuestos a aprender de una gama de especialidades. Si sienten pasión no sólo por la biología y ecología de una especie o ecosistema particular, sino también por el bienestar de las personas que lo aprovechan y habitan en él. Esta es la única manera de darle un uso eficiente a los financiamientos limitados, ya que en la biología de la conservación el aspecto socio-económico va de la mano con el aspecto ecológico de un ecosistema.
Pero el trabajo en conservación también depende de la población en general. A quienes no hacen vida profesional en la conservación, Francoise les pide
…dedicarse cinco minutos de su tiempo a temas relacionados con el medio ambiente, porque aunque parece algo ajeno, la sociedad como la conocemos, la economía y la salud, depende de que nuestros sistemas naturales se encuentren en buen estado. Esos cinco minutos ayudarán a saber en qué podemos contribuir. Les pido además que sean multiplicadores, compartan esa información. Las pequeñas cosas, hechas por muchos pueden lograr grandes cambios, quizás podemos juntos cambiar el mundo.
Referencias
- Carpenter, K.E., et al. (2008). One-Third of Reef-Building Corals Face Elevated Extinction Risk from Climate Change and Local Impacts. Science.Vol. 321, Issue 5888, pp. 560-563. URL: http://science.sciencemag.org/content/321/5888/560. Incluido en el informe de la lista roja para especies en peligro de la IUCN (siglas en inglés para la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza).
- Croquer, A., Cavada-Blanco, F., Zubillaga, A. L., Agudo-Adriani, E. A. & Sweet, M. (2016). Is Acropora palmata recovering? A case study in Los Roques National Park, Venezuela. PeerJ 4, e1539. URL: https://peerj.com/articles/1539/
- Porto-Hannes, I. et al.(2015). Population structure of the corals Orbicella faveolata and Acropora palmata in the Mesoamerican Barrier Reef System with comparisons over Caribbean basin-wide spatial scale. Marine Biology. Vol 162, pp 81–98. URL: https://link.springer.com/article/10.1007/s00227-014-2560-1
- Stolarski, J. et al. (2011). The ancient evolutionary origins of Scleractinia revealed by azooxanthellate corals. BMC Evolutionary Biology. Vol 11, pp 316. URL: https://bmcevolbiol.biomedcentral.com/articles/10.1186/1471-2148-11-316
- Zubillaga, A. L., Márquez, L. M., Cróquer, A. & Bastidas, C. (2008). Ecological and genetic data indicate recovery of the endangered coral Acropora palmata in Los Roques, Southern Caribbean. Coral Reefs. Vol 27, pp 63–72. URL: https://link.springer.com/article/10.1007%2Fs00338-007-0291-1
Luis Miguel Montilla es biólogo egresado de la Universidad Simón Bolívar, Venezuela. Como ecólogo marino su interés principal es el estudio de los arrecifes coralinos. Le apasiona el proceso de investigación para responder nuevas preguntas o para explorar las que ya se conocen en sistemas donde no se han planteado. Como científico y divulgador procura aplicar el lema «Nuestro entendimiento de la naturaleza le pertenece al mundo». Twitter e Instagram: @Luismmontilla
0 comentarios