En este episodio, Jesús y Víctor entrevistan al astrónomo colombiano Santiago Vargas, experto en física solar y destacado popularizador de la ciencia. Entre sus muchas facetas como divulgador cuenta con periódicas apariciones en televisión, es columnista de El Tiempo, y es uno de los organizadores principales del proyecto Astronomía para la Paz, que consiste en llevar la ciencia a las zonas post-conflicto.

Él nos conversa sobre la sorprendente e inagotable ciencia de nuestra estrella, su vocación de divulgador y la increíble aventura de llevar la astronomía y la física a las comunidades más remotas de Colombia.

Santiago es coordinador de investigación del Observatorio Astronómico de la Universidad Nacional de Colombia; hizo el doctorado en el Observatorio Astronómico de Canarias, Tenerife, España; ha trabajo como investigador postdoctoral en la Universidad de Utrecht, en el London University College y en el Big Bear Solar Observatory en California, EE. UU.

El interior solar es un laboratorio de física pura, hay fusión nuclear, la interacción de la luz con la materia; luego la interacción de la luz, la materia y el campo magnético del Sol… Luego los desarrollos instrumentales para poder estudiar al Sol. Por ejemplo, yo trabajé con una lente de un metro de diámetro. Sabemos que las lentes concentran los rayos del Sol así que, para poder usar esta lente para estudiar al Sol, se necesita un sistema tremendo de ingeniería, un buen sistemas de refrigeración.

El estudio del Sol concentra toda la parte de astrofísica con toda la parte de ingeniería y analisis de grandes datos.

La astronomía ha sido una herramienta [de divulgación] muy interesante. Y es que tu pones un telescopio en un parque la gente se acerca con cuiriosidad, no hay que llamarla, ellos vienen a preguntar.

En latinoamérica hay mucha demanda y poca oferta [de divulgaión científica]. Estamos acostumbrados a los contenidos de las grandes agencias espaciales como la NASA o Discovery Channel, pero a la gente le gusta que le hable alguien de la región.

Hay muchos contenidos en internet, pero el acceso a internet realmente no es tan amplio como uno pensaría y mucho menos en nuestra región latinoamericana, por eso no se pueden descartar esas otras formas de comunicación como es ir hasta las poblaciones donde no tienen otra forma de acceso al conocimiento.

En esas comunidades, ellos necesitan una ciencia un poco más aplicada a su problemática social. Y que puedan aplicar ese conocimiento de alguna manera en sus comunidades. Enseñarles a construir una bomba de agua y que vean que necesitan de la ciencia para construirla, que vean que la ciencia sirve para el desarrollo.

La universidad pública tiene la responsabilidad moral y social de llevar educación a estas comunidades.

La idea fue llevar a estudiantes y profesores de la universidad a compartir con estas personas, con estos excombatientes de las FARC. Entonces llegan los excombatientes con sus niños y los adultos de estas poblaciones con los niños de la comunidad, y esto es un punto de encuentro para compartir las mismas preguntas, la misma experiencia, ¡la misma sorpresa!

Es muy importante hacer la conexión con los científicos que tal vez no están motivados de comunicar esos contenidos y nosotros les damos esa motivación y esas herramientas para puedan hablar al público general.

La gente accede a muchos contenidos en redes sociales, donde hay muchísimas noticias fake, en WhatsApp hay muchísimas noticias fake. Es muy fácil llegar a las noticias fake. Los científicos tenemos esa responsabilidad de llevar los contenidos reales a la gente, tenemos que hacer un esfuerzo extra de llegar a la gente.

 

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